Nada vale más que el tiempo compartido
El regalo del día de la madre fué una gran sorpresa para Ana este año. Una sesión de fotos madre e hija con Zoe, un tiempo que disfrutar juntas de juegos, besos y abrazos. Esta sesión de fotos es símbolo de muchos otros ratos que pasan juntas. Es un recuerdo inolvidable para Ana y un legado para la pequeña Zoe, porque no hay nada más valioso que el tiempo que pasamos con nuestros pequeños y nada más bonito que poder conservarlos en la memoria, en el corazón y en imágenes que no nos dejen olvidar y que podamos compartir con ellos.
Que gran experiencia para nosotros fotografiar a los peques que van llegando tras las bodas tan emotivas que compartimos con sus papis. En un instante y desde la primera foto parece que Zoe siempre hubiera estado aquí 🙂