
Un viaje al mismo escenario donde empezó todo
Hay lugares que guardan recuerdos. Rincones que, al volver a ellos, nos conectan con lo que fuimos y con lo que somos ahora. Así fue esta sesión de comunión: un reencuentro con la historia de esta familia y con los lazos que, con el tiempo, se hacen más fuertes.
Conocemos a esta familia desde hace años. Fuimos los fotógrafos de su boda en el Antiguo Convento de Boadilla, y ahora, años después, volvemos a encontrarnos para fotografiar la comunión de su hija. Un círculo que se cierra… o más bien, que sigue creciendo.







Una sesión con raíz: comunión en los alrededores del convento
Elegimos volver al mismo lugar donde comenzó esta historia de amor: los alrededores del Antiguo Convento de Boadilla, con sus caminos de piedra, su vegetación silvestre y esa mezcla de arquitectura y naturaleza que lo envuelve todo de magia y serenidad.
Ella, con su vestido de comunión delicado y una mirada tranquila pero llena de luz, se movía por esos espacios como si ya los conociera. Y, de alguna manera, así era.
Las fotos con sus padres fueron especialmente emotivas. La conexión entre el espacio, la memoria y el presente hizo que todo fluyera de forma natural. No se trataba solo de un reportaje: era un homenaje al paso del tiempo y a la historia compartida.





¿Qué hace especial este tipo de sesiones?
La posibilidad de volver a lugares con significado personal y convertirlos en parte del recuerdo.
Un enfoque emocional, natural y sin posados rígidos.
El acompañamiento a lo largo del tiempo: desde la boda hasta la infancia de los hijos.
La mirada que sólo se consigue con la confianza construida con los años.






¿Quieres una sesión que hable de vuestra historia?
Si te gustan las fotos que cuentan más de lo que se ve, y si queréis que la comunión de vuestro hijo o hija sea también una celebración de vuestra historia como familia, estaré encantado de acompañaros.